La pasión.

Es ese sentimiento, ese estado de exaltación que nos hace vivir y percibir el mundo de mil maneras diferentes, sentir un arrebato o un arranque de pasión es lo que nos hace humanos, lo que nos hace cometer errores o entusiasmarnos dichosamente con un momento; arrinconamos a la soporífera razón y nos emocionamos como solo lo puede hacer el ser humano.

Porque el amor, el deseo, la lujuria, la ira, sin pasión no son nada... solo palabras vacías de significado. Y es que no todos tenemos dentro esto a lo que yo llamo "delirio momentáneo", hay muchos que viven rigiéndose por la razón, día tras día, mueren sin disfrutar de este efímero paseo.

Unas gotas de frenesí, de locura convierten momentos insustanciales en memorables; y es que es más que recomendable vivir apasionadamente. Dejarlo todo por alguien ("amor"), sublevarse ante aquellos que nos humillan ("agotamiento"), gritar hasta quedarse sin voz ("ira, alegría..."), luchar hasta morir en el intento ("valentía"), derramar lágrimas por una pérdida ("tristeza")... Por eso os digo: "La pasión es tan necesaria como el respirar".

Ysn.